Este caso es bastante frecuente en aquellos bikers que no tienen mucho tiempo para entrenar o que no son muy regulares en la práctica. Una vez que se deja de tener una continuidad en las salidas se pierde rápidamente el estado de forma. Cuando esto sucede, las primeras salidas suelen ser un poco desmoralizantes, especialmente si salimos con los compañeros que no han dejado de entrenar o si hacemos rutas duras. Si sufrimos más de la cuenta ante un repecho que antes pasábamos “silbando”, es normal que los pensamientos negativos predominen en nuestra cabeza y no disfrutemos mucho de algo que en teoría se hace para pasarlo bien.
Para terminar de arrancar, debemos realizar una serie de tareas:
1. Buscar un objetivo en los próximos 4-6 meses. Puede ser participar en una marcha o hacer una salida en grupo exigente. Tenemos que tener una fecha.
2. Organizar en nuestra agenda los días de la semana en los que tendremos un hueco de 1-2 horas para salir a entrenar o simplemente montar.
3. Si vivimos en familia, coordinar nuestra agenda con la familiar para que no haya conflictos. Explicarles lo importante que es para ti tener tus 3 ó 4 días de actividad física a la semana. Y demostrárselo con el buen humor y la energía positiva que desprendemos cuando estamos físicamente en forma.
4. Durante las primeras 4 ó 5 salidas, el único objetivo es disfrutar y pasarlo bien sin más. No hace falta hacer ninguna subida dura, picarse con los amigos o llegar a casa hecho polvo. Sal por los caminos más divertidos o las zonas más bonitas que conozcas. Con una hora u hora y media puede ser suficiente.
5. Si la luz del día es un problema, un rodillo virtual puede ser una gran solución para pasarlo bien sin salir de casa.
6. Trata de quedar con algún compañero de un nivel similar al tuyo. Es mucho más motivante.
