Te has levantado a las 7 de la mañana ¡un domingo! Te has congelado durante
las primeras bajaditas del día y a la vez has sudado como gorrino en cuanto el
sol ha empezado a calentar. Has tenido que empujar la bici durante esos
300 metros finales de esa trialera imposible, llegando arriba con unos amagos
de calambres importantes. Te has puesto de barro hasta las orejas y tus piernas
acaban abrasados por las ramas de las jaras que se empeñan en cerrar ese sendero
lleno de piedras. Todavía llevas un par de espinas clavadas de las típicas zarzamoras
que invaden cualquier camino. No puedes con tu alma y cualquier repecho se convierte
en un auténtico muro. Tienes un hambre que te comerías una vaca entera. Aun así,
llegas a casa con una cara de felicidad que hasta tu mujer te pregunta que si te has
dado un golpe en la cabeza o algo para estar con esa cara de tonto feliz…
No sabes muy bien si esto es bueno para tu salud, pero lo que está claro es que llegas
a casa con unasatisfacción personal increíble. Estás en un estado de sosiego y
buen rollo que me imagino podría compararse con los efectos de cualquier droga dura.
Estás enganchado, lo reconoces y punto. ¿Es esto común a todos los bikers?
¿Por qué disfrutamos sufriendo? ¿Seremos un poco masoquistas?
Haciendo un poco de investigación por la web encontramos un pequeño estudio llevado
a cabo por un estudiante norteamericano (Glen Bryn Probert) en 2004 para la obtención
de su grado universitario. El título del estudio es el siguiente: “Una investigación para
determinar si la práctica del mountain bike facilita la evasión y la libertad mental”.
El estudio consistió en la elaboración de un extenso cuestionario que fue completado
por 35 bikers, principalmente norteamericanos. A su vez, el autor también hizo una
investigación bibliográfica al respecto.
Las principales conclusiones del estudio fueron las siguientes:
- Aunque no se haga deporte, está demostrado que el mero hecho de desplazarse
- hasta un entorno natural ya hace que la mente alcance un cierto grado de evasión
- y desconexión de la vida cotidiana, asociándose con estados mentales de
- bienestar.
- Si además añadimos la práctica del mountain bike, los resultados son
- todavía mejores.
- El hecho de ir conduciendo un artilugio con ruedas por el campo, pone a la persona
- en un estado superior, ya que tiene un control total de sus actos en forma
- de velocidad, equilibrio y dirección. Esta sensación es la que se denomina o
- se percibe como aventurera.
- Cuando se experimenta este tipo de vivencia “aventurera” lo que sucede es que
- se genera una sensación de responsabilidad importante sobre lo que se está
- haciendo, ya que cualquier error o despiste podría tener consecuencias fatales
- en forma de caída. Esta responsabilidad hace que la experiencia sea realmente
- intensa, generando un importante estado de concentración en lo que se está
- haciendo. Cuando se está en este estado, las obligaciones y problemas de
- nuestra vida cotidiana desaparecen totalmente de nuestra mente, generando
- esa sensación de evasión y desconexión del resto del mundo.
- La práctica del mountain bike también tiene una connotación y una motivación
- de tipo social, es decir, que la práctica en grupo aumenta la dosis de diversión y
- a su vez ayuda a crear otros lazos sociales diferentes a los laborales o familiares.
- Es otra motivación más de este deporte. De hecho, es mucho más fácil salir a
- montar cuando se ha quedado en un grupo que uno solo.
- Curiosamente, en el estudio no se detecto una gran motivación respecto a la
- mejora de la técnica y el aprendizaje de nuevas habilidades. Es llamativo porque
- el componente técnico del mountain bike no deja de ser elevado.
- Aunque no es exactamente la palabra peligro, muchos de los bikers encuestados
- valoraron positivamente la sensación de emoción que experimentan en sus salidas.
- Esa pequeña sensación de miedo o incertidumbre que se experimenta en algunas
- bajadas es otra de las motivaciones encontradas en el estudio.
- Muchos bikers perciben el deporte como un reto personal, que cuando se supera genera
- un elevado estado de bienestar así como una agradable sensación de logro o éxito.